Diferencias entre Arminianos y
Calvinistas
Uno de los
debates teológicos más emocionantes de los últimos 500 años tiene que ver con
la disputa entre el calvinismo y el arminianismo.
En pocas
palabras, la polémica surgió en el 1610 cuando los seguidores del teólogo
holandés Jacobo Arminio (1560-1609) reaccionaron contra la teología del gigante
reformado Juan Calvino (1509-64) por cinco razones doctrinales.
Vamos a
dividir nuestro artículo en cinco preguntas para poder explicar las diferencias
entre estas dos escuelas de pensamiento que siguen bien vivas en el mundo
evangélico de hoy.
¡A
disfrutar!
¿LIBRE ALBEDRÍO O DEPRAVACIÓN TOTAL? |
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Arminianos |
Calvinistas |
Creen que la Caída
ha afectado de manera negativa a todos los descendientes de Adán y Eva. No
obstante, los seres humanos siguen teniendo libre albedrío, el cual pueden
ejercer para arrepentirse y creer en el Evangelio. El destino eterno del
pecador depende de cómo emplea su voluntad. Puede escoger lo bueno o lo malo.
Su voluntad no está esclavizada por su naturaleza pecadora. Si un hombre (o
una mujer) decide poner su fe en Dios, será regenerado(a) por el Espíritu
Santo. Primero fe luego regeneración (es decir, el nuevo nacimiento). La fe,
pues, es un acto de la voluntad del hombre. |
Dice que la Caída
afectó a los seres humanos de tal forma que no es posible que crean el
Evangelio. Su voluntad espiritual está sorda, ciega y muerta. No tienen libre
albedrió porque su voluntad está esclavizada por el poder del pecado. El
hombre es solamente libre para pecar. Por lo tanto, para que éste sea salvo,
el Espíritu de Dios le tiene que regenerar milagrosamente. Si alguien está
regenerado luego pondrá su fe en el Evangelio y se arrepentirá. Primero
regeneración luego fe. Sin regeneración, la fe salvadora no es posible. La fe
es producida por el Espíritu de Dios en el hombre. |
¿ELECCIÓN CONDICIONAL O INCONDICIONAL? |
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Arminianos |
Calvinistas |
Enseña que la
elección de Dios está condicionada por la decisión del hombre. Dado que Dios
es omnisciente, Él ya sabía desde antes de la fundación del hombre quién le
iba a seguir y quién le iba a negar. Por consiguiente, Dios determinó salvar
(o elegir) a todos aquéllos que iban a obedecerle. En otras palabras, Dios
eligió a aquéllos que le iban a elegir a Él. Esto quiere decir que la
decisión del hombre es el factor determinante en cuanto a la elección de
Dios. |
La elección
incondicional dice que la elección de Dios no está condicionada por nada.
Depende exclusivamente de su propia voluntad. Dios elige porque quiere
elegir. Y punto. Dios no escoge a alguien de antemano porque sabe lo que éste
va a hacer en el futuro, sino que le elige porque a Él le place hacerlo. La
conversión del hombre, entonces, no es la causa de la elección de Dios sino
la consecuencia de la misma. Tarde o temprano el hijo de Dios aceptará a
Cristo porque Dios le ha elegido. ¿Y por qué le eligió? Por pura gracia. No
por nada previsto en el hombre. |
¿LA EXPIACIÓN UNIVERSAL O PARTICULAR? |
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Arminianos |
Calvinistas |
creen que Jesús
murió por todos potencialmente. No efectuó la salvación de nadie, pero sí
hizo posible la salvación para todos aquéllos que creen en Él. Gracias a su
muerte expiatoria, Dios ahora puede perdonar a los pecadores. Pero dicho
perdón depende de la voluntad del hombre. El hombre tiene que creer en el
valor del sacrifico de Cristo para que el perdón de Dios sea activado. |
Están persuadidos de
que Jesús no murió por todos. Dio su vida únicamente por los elegidos, las
ovejas, su pueblo. Consiguientemente, la muerte de Cristo sí garantiza la
salvación de su pueblo. Y el Espíritu se encarga de aplicar el don de la fe a
los corazones de todos los redimidos por el Hijo. |
¿LA SALVACIÓN SE PUEDE PERDER? |
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Arminianos |
Calvinistas |
Creen que la salvación
se puede perder. Hay algunos en el campo arminiano que opinan que no. No
obstante, la mayoría piensa que la salvación se puede perder si el creyente
no persevera en la fe. De allí que el cristiano nunca pueda tener la plena
seguridad de su salvación personal. |
Los calvinistas
están de acuerdo en que el elegido por Dios perseverará hasta el fin. Es
imposible que se pierda un hijo de Dios. Dios lo guarda con su poder y por lo
tanto, el creyente puede disfrutar de la seguridad de su salvación. ¡Una vez
salvo, siempre salvo! |
APLICACIÓN
Lo más
importante en este debate es reconocer que hay grandes siervos de Dios en ambos
campos. Por el lado arminiano se encuentran predicadores tales como John Wesley
(1703-91), Charles Finney (1792-1875), A.W. Tozer (1897-1963) y Leonard
Ravenhill (1907-94). Por el lado calvinista están Jonathan Edwards (1703-58),
George Whitefield (1714-70), Charles Spurgeon (1834-92) y Martyn Lloyd Jones
(1899-1981).
Hasta el
día de hoy, hay hombres (y mujeres) de Dios que se posicionan de forma
diferente en cuanto a este gran asunto. Este hecho por sí solo nos enseña que
tenemos que ser humildes a la hora de profesar fe en estas doctrinas. Lo que no
podemos hacer es tachar a los del otro campo como apóstatas o algo peor. Sí, el
estudio y el conocimiento son necesarios. Pero hace falta combinarlos con un
espíritu humilde y contrito. No hay espíritu más feo que el orgullo teológico.
Somos
hermanos y hermanas en Cristo (seamos calvinistas o arminianos). Así que, a
servir juntos la gran misión de Dios en esta preciosa, larga y estrecha tierra
llamada Chile. ¡A predicar la Palabra! ¡A amarnos los unos a los otros! ¡Y a
glorificar al Señor con todas nuestras fuerzas!
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